Presiones de la UE para el cambio

El modelo de subvención «a la española» ya no se admite, y desde Bruselas han dejado al Ejecutivo muy pero que muy claro que por el camino que vamos, se cierra el grifo a España. Y es que los últimos datos sobre ventas de vehículos eléctricos en nuestro país han dejado en evidencia, y mucho, al Ministerio de Industria, que lo tiene muy complicado para explicar qué ha pasado con los millones de euros invertidos que, finalmente, se han ido perdiendo por el camino entre impulsos y ánimos, y no han servido ni para crear puestos de trabajo, ni para agilizar el mercado ni, por supuesto, para lograr un parque automovilístico más ecológico de una vez por todas.

Las cosas, como digo, pintan mal para Bruselas, que ha afirmado su voluntad de centrarse en lo sucesivo en los coches de hidrógeno como alternativa, ya que dicho sistema sí está dando buenos resultados en países como Francia o Alemania, que tradicionalmente han sabido gestionar mejor su industria que nosotros. Pero aún hay más, ya que en lo sucesivo dichos modelos de parques automovilísticos serán de los pocos que puedan contar con buenas líneas de financiación por parte de la UE.

¿Qué haremos, pues, en España? Por lo de pronto, parece que la cuestión se va a quedar pendiente para el próximo Gobierno, ya que éste parece tener demasiados problemas como para pararse a pensar en las energías renovables y su futuro, que por cierto compromete la economía nacional mucho más de lo que pensamos.

Foto: Luz