El sector eólico nacional, uno de los que atraviesan un mejor momento a nivel internacional en materia de energías renovables, está siendo muy presionado por las autoridades de nuestro país. Así al menos lo ha denunciado el presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), José Donoso, quien en el día de ayer aseguraba que están sufriendo una auténtica persecución e imposición de nuevos impuestos por parte de las administraciones locales.
Estas quejas vendrían dadas por varios hechos; por una parte estaría la supuesta centralización del tema que lleva el Gobierno de España, quien es el máximo responsable de que las leyes vigentes se apliquen a todos por igual, y que las comunidades autónomas no puedan establecer sus propios aranceles al negocio de la energía eólica, basándose en los supuestos «incrementos acordes a las ganancias», ya que el éxito de la energía eólica viene dado por el esfuerzo de los empresarios que lo impulsan. Por otro lado, creo que no se puede permitir un atropello semejante, y debería ponerse límite a esta situación antes de que, como ha pasado con la energía solar, la cosa se salga de madre y tengamos una auténtica batalla campal entre Ministerio de Industria y empresarios.
Espero que la situación se regule lo antes posible, puesto que del 32% que las energías renovables, principalmente la eólica, aportaron al total anual en el 2010, podríamos pasar a cifras más bajas si no facilitamos su trabajo a los empresarios del sector.