El combustible Diesel no goza de buena salud, y no sólo porque su precio no hace más que aumentar en los mercados, sino también por el hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado un duro informe, en el que cataloga como cancerígenas las emisiones producidas por los automóviles que utilizan este tipo de combustibles.
Así, desde la OMS comentaban que «este tipo de emisiones elevan el riesgo de padecer cáncer de pulmón«, y han asegurado que se trata de un «riesgo para la salud pública», siendo un problema que debe ser asumido por todos, con vistas a un cambio hacia combustibles menos agresivos no sólo para el medio ambiente, sino también para la sociedad. Al hilo de esto, desde la OMS han sugerido otras alternativas viables, como puede ser el uso de vehículos eléctricos, híbridos o de hidrógeno, cuyos índices de emisiones son irrisorios, y que por lo tanto deben ser la opción a considerar y promocionar por parte de los diferentes Gobierno de los países interesados en proteger a sus ciudadanos de forma adecuada de este tipo de cuestiones.
La realidad es que, por mucho que la OMS lo diga y lo recuerde, en este momento no podemos permitirnos seguir apostando por un modelo basado en combustibles fósiles, simple y llanamente, porque son una opción muy poco rentable y, sobre todo, porque de cara al calentamiento global estamos llegando a un nivel en el que si jugamos con fuego acabaremos por quemarnos.
Foto: Timi