Con el firme objetivo de crear coches eléctricos más competitivos y lo mejor equipados posible, en Volvo se han puesto a trabajar en diferentes formatos de baterías, y sobre todo en sistemas para conseguir que los tiempos de carga se las mismas se lleven a cabo en el menor lapso posible.
Así las cosas, desde la compañía dejan muy claras sus ideas: «la unidad de carga rápida ayuda a curar lo que es conocido como una ansiedad de autonomía, ya que el coche puede ser recargado de forma más sencilla durante el día». Y es que no en vano uno de los grandes problemas de los coches eléctricos ha resultado muchas veces no sólo la autonomía con la que el propio automóvil cuenta, sino el hecho de que puede llevar bastante tiempo conseguir llevar a cabo una carga completa. Al hilo de esto, añaden: «El cliente puede llenar el paquete de baterías con electricidad una o más veces durante el día. Eso significa que la autonomía total diaria es aumentada de forma significativa, con los mismos bajos costes operativos en comparación con un coche con un propulsor convencional».
Con esta nueva propuesta, Volvo logra remontar posiciones en un mercado ciertamente saturado, pero no exento de capacidad de reacción; parece que las marcas quieren proclamar a los cuatro vientos sus nuevos ingenios, a fin de hacerse notar y, sobre todo, ganar posibles clientes.
Foto: Possan