Parece que la gente se cree de verdad que los recortes que el Gobierno de España anuncia a diestro y siniestro no tienen consecuencias, pero es precisamente ahora, con el paso del tiempo, cuando empezamos a ver que, por desgracia, no es así; en realidad, todos esos ajustes presupuestarios sobre los que tanto escuchamos pero que parecen no ir con nosotros, a veces, se hacen notar, y mucho.
Un buen ejemplo lo tenemos estos días en Galicia, donde ha tenido lugar una nueva catástrofe medioambiental con la quema sin miramiento alguno de su Parque Natural de Fragas do Eume, una extensión de incalculable valor medioambiental y paisajístico, que ahora desaparece pasto de las llamas mientras los gallegos se lamentan de su mala suerte. ¿Dónde están las personas que, teóricamente, deberían haberse hecho cargo de la situación? Pues dentro de todos esos recortes a «cuestiones sin importancia», que por lo que vemos al final sí son de las que marcan la diferencia. Mientras tanto, la Xunta de Galicia mira hacia otro lado, y niega los hechos al son de un Feijóo que ha ido al lugar para sacarse una fantástica foto apagando las llamas con una de esas mangueras que se tienen en el jardín.
Espero que esta triste lección quede registrada a fuego, y nunca mejor dicho, en la memoria de todos, y nos sirva de advertencia para asumir que con el medio ambiente no podemos jugárnosla a los recortes, ya que las consecuencias pueden ser no sólo graves, sino además irreparables.
Foto: Mat