Con esta idea la compañía pretende no sólo rebajar el precio final del vehículo, algo sumamente importante en un mercado tan competitivo como el que vivimos actualmente, sino que además promoverá que los materiales y el proceso de desarrollo sean lo más ecológicos posible, en un esfuerzo por acercarse al máximo al concepto de eficiencia energética, que les reportaría las nada despreciables ayudas que la UE está ofreciendo actualmente a las grandes marcas para que lleven a cabo un cambio de modelo de negocio. Adicionalmente, hay que pensar en el interés del Gobierno de Francia en el tema, que al ser una empresa patria ya ha anunciado que facilitará la integración de los coches eléctricos en el país, en una maniobra que sin lugar a dudas beneficia, y mucho, a Renault.
Sea como fuere, espero que el desarrollo de estas fábricas sirva para generar más «empleos verdes«, facilitar a la población comprarse un coche ecológico más barato y, sobre todo, sea un referente para otras marcas, quizá no tan comprometidas con el medio ambiente.
Foto: ProgRock