Un buen ejemplo, o más bien el ejemplo del día, nos llega desde Cádiz. Allí, hace ya algunos años, se instalaron una serie de electrolineras que serían la envidia de muchos, y que darían servicio a la masiva cantidad de conductores de coches eléctricos que se esperaban gracias a las subvenciones que el anterior Ejecutivo ofertaba; unos años después, los alcaldes que han pasado por el lugar no saben muy bien qué hacer con esas infraestructuras, cuyo índice de usuarios ha sido, literalmente, de cero. Ni uno. Según algunos políticos declaran: «Se ha dado dinero a los vehículos eléctricos en lugar de dar ayudas para el Plan Prever. No podemos gastar dinero en caviar cuando no tenemos pan». Estamos teniendo el mismo problema por toda España, donde se emprendieron muchas obras y cambios que, ahora, ya nadie quiere ni puede gestionar.
Para mí, cada vez se hace más necesario que un nuevo Ministerio de Industria dé un giro a la situación, y tome con firmeza las riendas para conseguir que en España se pare de malgastar el dinero en subvenciones inútiles, y se busquen líneas de inversión más rentables a nivel medioambiental, pero también económico.
Foto: Eco