Miles de millones de euros después, creadas algunas infraestructuras, puestos en marcha los más diversos planes y proyectos, la cosa sigue en el dique seco más absoluto. La diferencia es que ahora, cuando la crisis aprieta, es mucho más difícil apostar por esta alternativa, y por supuesto no podemos ni pensar en otras (coches eléctricos, coches híbridos…). El Ministerio de Industria, sin embargo, asegura que se trata de inversiones a largo plazo, cuya rentabilidad quedará demostrada con el paso del tiempo, y se mantiene firme en su política de subvenciones a los vehículos de este tipo, sin pensar en otras alternativas igualmente interesantes como los coches híbridos o los coches de hidrógeno. ¿Para cuándo tendremos una política razonable de subvenciones en este país, que demuestre que los vehículos ecológicos nos interesan de verdad a los españoles, más allá de la opinión de nuestra clase política?
Mientras todo esto sucede, además, creo que hay un aspecto importante: ¿qué pasa con todos esos millones que han sido, literalmente, tirados a la basura? ¿Nadie va a rendir cuentas ante semejante derroche económico?
Foto: Eco