Con la premisa de aumentar lo máximo posible la vida útil de los materiales de construcción, en España se están llevando a cabo en varias ciudades proyectos para reciclar los cascotes de viejas edificaciones, con el objetivo de lograr limitar la extracción innecesaria de canteras y, de paso, aumentar el aprovechamiento de dichos elementos al máximo, que como suele decirse, en tiempos de crisis no estamos para tirar nada.
Este tipo de medida, que no tiene tan buena acogida en el sector de la cantería, claro, tiene en mi opinión mucho futuro en nuestro país, ya que los materiales que se obtienen, tras pasar por una planta especializada de reciclado, pueden tener un sinfín de aplicaciones, entre las que por supuesto está la construcción de nuevos edificios o de carreteras, que resurgen de sus cenizas para tener una segunda vida, y que lo hacen cumpliendo todas las condiciones de seguridad requeridas, como es lógico. Es más, a la vista de los resultados, la realidad es que resulta muy difícil para cualquiera determinar qué edificio se ha construido con material reciclado, y cuál es el que realmente se construye por primera vez, con materiales recién fabricados.
Para mí, estas son las cosas que hacen que en el mundo entero España vaya ganando algo más de reputación sobre ecologismo y eficiencia energética porque, si os digo la verdad, creo que después de las últimas maniobras que se han llevado a cabo en el mercado, nos va haciendo falta un buen empujoncito para seguir atrayendo inversiones para las renovables. Os dejo un vídeo relacionado con el tema: